lunes, 23 de mayo de 2011

Tsukumogami (付喪神)

Chochinobake

Siempre admiré el extremo cuidado con el cual los japoneses tratan a sus objetos más queridos. La dedicación y el tiempo que le prodigan a su higiene y mantenimiento, la delicadeza al manipularlos, la idolatría al contemplarlos, fueron características que, por propia experiencia, siempre asocié a la manipulación de los objetos en chanoyu (“ceremonia del té”). Releyendo algunos textos vinculados a leyendas que hablan sobre diversos “espíritus”, descubrí que mi percepción puede tener otro fundamento, mucho más “folclórico” si se quiere: los Tsukumogami.

Bakezōri

Los tsukumogami (algo así como “espíritus artefacto”) son en realidad objetos que han pertenecido a una familia durante generaciones, y que cobrarían vida luego de haber cumplido los cien años de existencia. Cualquier objeto que tenga esta edad, puede convertirse en un tsukumogami, que son seres o espíritus sobrenaturales, y no, valga la aclaración, “objetos encantados”. Desde linternas de papel, hasta desgastadas sandalias de paja, se muestran bajo distintas apariencias: con ojos, dientes filosos, rostros cuasi-humanos, amigables, o bien horrorosos, todo depende del trato que la familia le ha dado a sus objetos mientras los ha conservado. Aquellos objetos que han sido desechados, o descuidados, tomarán venganza de sus poseedores tomando formas terroríficas, o realizando bromas pesadas. Existen algunas ceremonias, como la de Hari Kuyō, (o “festival de las agujas rotas”), una ceremonia shinto que se lleva a cabo cada 8 de febrero, con el fin de celebrar el valor de las pequeñas cosas y de consolar a aquellos objetos que ya no se utilizan porque se han roto.

Biwa-boku boku (Toriyama Sekien)

Existen gran variedad de tsukumogami que han sido ilustrados durante el período Edo, en su gran mayoría, por el artista Toriyama Sekien. Los más conocidos son las Bakezōri (o sandalias de paja), Biwa-bokuboku (laúd japonés), Chōchin'obake (linterna de papel), y muchos más. Un ethos de los objetos, de los usos, y de los olvidos al cual, como occidentales, quizás no estemos del todo acostumbrados


miércoles, 18 de mayo de 2011

Fragmentos de mí III




de noches planeando en la cama, atrapada en pliegues



de un cuerpo que no se sostiene, si no es adormecido



de girar la cabeza en círculos (y ya no estar contracturada)




de que todo se deslice.


miércoles, 11 de mayo de 2011

Fragmentos de mí (II)

Martine´s legs, Henry Cartier- Bresson




Sentarse y poder, únicamente, escribir

no poder hacer otra cosa

no poder dejar de hacerlo

sólo ser atravesada por ese paisaje: la textura de la propia torsión




Cruzar las piernas y abrazar el espacio entre ellas

sentir que sube hasta el vientre

dejarlo crecer.







lunes, 2 de mayo de 2011

Fragmentos de mí

(Fotografía de Chema Madoz)


Ondulo

retuerzo la espalda

y giro el cuello

sólo para ver

que allí estoy yo.




(Fotografía de Chema Madoz)


Me enfrento

blanca

luminosa

abierta

a sostener tu mirada

(entre mis manos)